LUDOVIKA ARCANA
Gemas y Minerales
Las gemas y los cristales pertenecen al reino mineral. La Madre Tierra ha sido muy generosa con nosotros al entregarnos este reino tan maravilloso. Desde la superficie las gemas, los minerales y los cristales parecieran ser inertes. Pero sí tienen vida y emanan vibraciones. Están vivos.
Siendo el reino mineral el primer reino que hace contacto con la espiritualidad, son los minerales los que nos conducen al origen. Desde sus estructuras moleculares nos enseñan un orden, desde su transparencia nos enseñan un crecimiento y desde su vibración nos elevan hacia los planos superiores sin perder nuestras raíces.

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Adularia o Piedra Luna
Es una piedra de color blanco opalino y de reflejos nacarados. Se decía que los amuletos hechos con esta gema, colgados sobre frutales, ayudaban a producir abundantes cosechas.
El color blanco está relacionado con la claridad y las cualidades universales. La luz blanca refleja y contiene todos los colores, por lo que simboliza el potencial para limpiar o purificar la energía, pues esta piedra tiene la capacidad de captar los estados de ánimo de las personas y las energías que impregnan un ambiente, y manifestarlo cambiando ligeramente de matices. Si la energía que desprende la persona con la que la piedra está en contacto es positiva, mostrará unas tonalidades azules o violetas mucho más intensas, con más luminosidad y viveza. Si la energía que desprende la persona es negativa, la piedra luna pierde su brillo intenso y su luminosidad y se oscurece hasta adoptar unas tonalidades más grises o pardas. Cuanto mayor es el resplandor azulado o violeta, mayor es la energía positiva que desprende la persona. Lo mismo sucede con los ambientes.
En algunos lugares se la denomina Piedra de la Madre Tierra, porque protege contra la esterilidad y las dificultades del parto, haciendo que las mujeres sean fértiles y los nacimientos felices. También es recomendable para los desarreglos menstruales y los problemas endocrinos
Se le considera una piedra del amor, pues posee la virtud de proteger e inspirar pasiones tiernas.
Para recargar su energía basta que luego de limpiarla en agua (sin sal), y ya seca, la deje bajo la luz de la luna llena.
Es utilizada para aumentar la percepción y también delata nuestro estado de ánimo y del ambiente que nos rodea. Para este fin, es necesario que esté en contacto con nuestro cuerpo.