Agata

 

Pulidas o en geodas, estas maravillosas gemas existen en abundancia en todo el mundo, siendo utilizadas hace miles de años por diversas culturas y religiones. Es un cristal armonizador de energías, que nos ayuda a recuperar la que diariamente perdemos.
Cuando al final del día estamos bajos de energía, probablemente la que nos queda está en desarmonía y se manifiesta como miedos, inseguridad, estrés y alteraciones del sistema nervioso.



Agata con bandas: Protección. Restituye la energía del cuerpo y alivia las situaciones difíciles.

Agata negra: Protección. Se usa para el coraje y las competencias exitosas.

Agata blanca y negra: Llevada como amuleto, esta piedra protege contra los peligros físicos.

Agata de encaje azul: Se usa o se lleva para la paz y la felicidad. Colóquesela en la mano para deshacerse de la tensión. Ponga una sobre su escritorio u otro sitio de trabajo y mírela cuando se encuentre en situaciones difíciles. En la casa, un ágata de encaje azul rodeada de velas de color azul pálido calma la atmósfera y reduce los disgustos familiares.

Agata parda o tostada: En el pasado, esta piedra era usada por los guerreros para lograr la victoria en las batallas. En la actualidad, se usa para triunfar en cualquier empresa. En Italia y Persia era usada como protección contra el mal de ojo. También es un talismán para la riqueza.

Agata verde: Se usa para mejorar la salud de los ojos. En el pasado, una mujer que tomaba el agua en la que se lavaba el ágata verde era protegida mágicamente contra la esterilidad.

Agata musgosa: Debido a sus curiosas marcas que sugieren el musgo de los árboles, esta piedra es el talismán especial del jardinero. Se usa para aliviar la tortícolis, para transmitir energía a los desvalidos y con propósitos curativos. También se usa en los conjuros que tengan que ver con las riquezas, la felicidad y la larga vida. Lleve esta piedra para conseguir nuevas amistades y para descubrir un "tesoro".

Agata roja: También conocida como "ágata de sangre", se usaba en la Roma antigua como protección contra las picaduras de insectos, para curar la sangre y para fomentar la tranquilidad y la paz.